Soria, fría y extrema
Bertrand Sourdais descubrió en el año 1999 una zona única y genuina dentro de la DO Ribera del Duero, San Esteban de Gormaz, un área diferenciada respecto a las tierras de Burgos y de Valladolid pertenecientes a la Denominación.
Los viñedos en esta geografía se hallan en la parte más oriental, justo en las primeras playas del río Duero a su paso por la provincia de Soria. Nos encontramos con suelos en los que predominan los terrenos calcáreos, con aportaciones en superficie de arena, arcilla o piedra.
Área de cultivo límite septentrional, en todo caso, en el que el Tinto Fino y Albillo expresarán la esencia de su variedad.
Aquí, la cuenca fluvial del Duero queda influida por un clima particular, que si bien frío, se encuentra lo suficiente suavizado para la elaboración de grandes vinos, debido a la presencia de los relieves montañosos del sistema Ibérico y de la sierra de Somosierra, que flanquean el valle.